Por Marcelo Campos E.   

Antes de entrar al tema es necesario un poco de historia, técnica, investigación y datos científicos, para proponer mi punto de vista y las recomendaciones para lo que es la Celebración del Sol , espero ayude a que se conozca ,se mantenga y se fomente ,lo que se cree es, la concepción de esta conmemoracion en el mundo andino.

El 21 de junio es el primer día del verano y a su vez, es el día más largo del año en cuanto a horas de luz se refiere. Por ello, en los países del hemisferio norte se suelen celebrar eventos y actividades que evidencian la importancia del astro rey para el planeta y para la vida en la Tierra. Y no es que sea importante, el Sol es fundamental. No en vano, el Sol es la fuente de energía más grande para la Tierra y los seres vivos. Sin él, las plantas no podrían hacer la fotosíntesis, proceso fundamental para la existencia de la vida.  Su edad es de 4,6 billones de años.  Se estima que el Sol está en la mitad de su vida, ya que una estrella como el Sol suele tener una vida de unos nueve o diez mil millones de años.

El núcleo del sol alcanza una temperatura de 15 millones de grados centígrados. Pero en la superficie la temperatura baja hasta los 5.500 grados centígrados. Así que esta parte está comprobada científicamente que hoy 21 de junio es el 172.º (centésimo septuagésimo segundo) día del año en el calendario gregoriano y el 173.º en los años bisiestos y que quedan 193 días para finalizar el año.

Y según la Naciones Unidas el 21 de junio es el Día Internacional de la Celebración del Solsticio e indica que “Es gracias a este tipo de celebraciones que se fortalecen los lazos entre los pueblos sobre la base del respeto mutuo y los ideales de paz y buena vecindad. Por todo ello, las Naciones Unidas reconocieron el 21 de junio desde el 2019 como el Día Internacional de la Celebración del Solsticio”.

Ahora las investigaciones realizadas para mi siguiente punto de vista pertenecen a historiadores antiguos y muy reconocidos que conocían el efecto que sus escritos causarían años después y que han servido de base para las investigaciones de los historiadores o investigadores contemporáneos.

El Inti Raymi, o Fiesta del Sol, es una de las expresiones culturales más emblemáticas y ancestrales de la civilización incaica. Su historia se remonta al siglo XV en la majestuosa ciudad del Cusco, en Perú, donde según los investigadores, era la capital del Tahuantinsuyo y fue instaurada por el mítico Inca Pachacútec, unificador y creador del imperio. Esta festividad tenía como propósito principal honrar al dios Sol, Inti, considerado el corazón de la vida y la energía que sustentaba a toda la comunidad incaica.

Celebrada en junio, durante el solsticio de invierno, el Inti Raymi marcaba el inicio de un nuevo ciclo agrícola y simbolizaba la gratitud por las cosechas y la esperanza en un renacimiento solar. En aquella época, los incas practicaban rituales que combinaban fervor religioso y respeto por la naturaleza: ayunaban, se abstuvieron de encender fuego y de relaciones sexuales durante los días previos a la festividad, en un acto de purificación y preparación espiritual. La ceremonia principal, presidida por el Inca, quien era considerado hijo directo del Sol, se realizaba en la Plaza Mayor del Cusco, donde se ofrecían sacrificios de animales, ofrendas, bailes y cantos que expresaban la devoción y la gratitud hacia Inti,el Dios Sol.

A pesar de que la llegada de los españoles y la colonización intentaron suprimir estas prácticas, el espíritu del Inti Raymi no desapareció por completo. Gracias a la labor de rescate y reconstrucción en el siglo XX, especialmente impulsada por figuras como Faustino Espinoza Navarro, la festividad fue recuperada, basándose en relatos históricos y en su importancia simbólica.

El significado de la fiesta se ha ido adaptando con el paso de los años. Se convirtió también en una celebración a la Pacha Mama (madre tierra), como una muestra de gratitud por la cosecha del año.

Hoy en día, el Inti Raymi se celebra con elaboradas representaciones culturales en Cusco y en diferentes partes del mundo donde habitan comunidades andinas, convirtiéndose en un símbolo de identidad, resistencia y tradición.

En Ecuador basado en la cosmovisión andina y la tradición indígena, consideran al 21 de junio como una fecha sagrada y significativa, especialmente en relación con el ciclo solar y la celebración del Inti Raymi, o la Fiesta del Sol.

Según el Ministerio de Turismo del Ecuador, el Inti Raymi es una festividad tradicional andina que anuncia el comienzo de las cosechas. Esta fecha es clave en el calendario agrícola ancestral. En distintos puntos del callejón interandino, las comunidades indígenas se reúnen en centros ceremoniales considerados sagrados. Según la cosmovisión andina, en estos espacios confluyen las energías de la naturaleza y los dioses.

El historiador Carlos Garrido para El Comercio explica que el solsticio ocurre cuando la Tierra se encuentra en los extremos de su órbita elíptica respecto al Sol. “El 21 de junio marca el día más largo en el norte y el más corto en el sur.

En Ecuador, las culturas andinas comprendieron este fenómeno a través de la observación de la sombra solar. El sol no sale desde el mismo punto todos los días; con el paso del tiempo, su posición varía, y esa variación modificaba las sombras. Al notar el punto donde la sombra alcanzaba su mayor longitud, se marcaba un cambio de ciclo”, señala.

Garrido destaca que casi todas las culturas antiguas registraron estos fenómenos astronómicos y los vincularon con lo sagrado. “El sol representaba una deidad. Por eso, las sociedades organizaron rituales para agradecerlo. En los Andes, ese festejo tomó el nombre de Inti Raymi”.

Para las comunidades andinas, este día marca el solsticio de invierno, un momento en el que el sol alcanza su punto más bajo en el cielo y comienza su retorno, simbolizando renovación, abundancia y la conexión profunda entre la tierra, el cielo y la comunidad.

El Inti Raymi, que significa «Fiesta del Sol» en kichwa, es una celebración ancestral que honra al sol como fuente de vida y energía. Sin embargo, en la cosmovisión andina, estas conmemoraciones no pertenecen exclusivamente a un grupo específico ni a los pueblos originarios. Son expresiones culturales y espirituales que trascienden las fronteras étnicas y que pertenecen a toda la humanidad, pues celebran la importancia del equilibrio con la naturaleza y la gratitud por sus dones.

Según Garrido, la celebración actual del Inti Raymi nació en la segunda mitad del siglo XX. “En los años setenta, surgieron corrientes culturales que promovían el pensamiento andino.

Esas corrientes intentaron recuperar símbolos y rituales perdidos para revalorizar la identidad indígena. A partir de ese momento, reaparecieron celebraciones como el Inti Raymi y el Paukar Raymi”. Hoy, ya están tomando la importancia a los otros dos Raymis, Quilla en septiembre  y el Kapak en diciembre

Sin embargo, advierte que este rescate enfrenta un vacío documental. “No contamos con descripciones completas del Inti Raymi original. Sabemos que existía, pero nadie lo registró en detalle. Lo que vemos hoy responde más a una reconstrucción simbólica que a una réplica histórica. Incluso se integraron personajes y elementos ajenos al mundo andino, como el Diablo Huma”. Esto sucede no solamente con el Inty Raymi, más, con los otros tres Raymis importantes de la cosmovisión andina  

El Parlamento Andino reconoció al Inti Raymi como Patrimonio Cultural Inmaterial mediante la Resolución N.º 9, del 24 de agosto de 2020. Este documento resalta su valor histórico en Ecuador, Perú, Bolivia, Chile, Colombia y Argentina.

Garrido subraya que, durante la Colonia, las autoridades prohibieron esta celebración y la reemplazaron con festividades católicas como Corpus Christi. “No existían calendarios en los Andes, pero los españoles se dieron cuenta de que el 21 de junio coincidía con rituales solares. La evangelización intentó suprimir estos actos. En lugar del Inti Raymi, se impuso Corpus, una fiesta europea con raíces similares, pero cristianizada”.

En Otavalo esta festividad o conmemoración hasta hoy se vive como una oportunidad para recordar la relación armónica con el entorno, pero también como un momento de integración y celebración comunitaria abierta a todos. La idea central es hacer conocer que estas conmemoraciones y festividades no tienen propiedad exclusiva, tampoco crear ordenanzas sino, es vivirlas, sentirlas como patrimonio común que todos puedan y deban celebrar, respetando sus significados ancestrales y promoviendo la diversidad cultural o la interculturalidad.

Por lo tanto, el 21 de junio y el Inti Raymi representan un acto de reconocimiento a la naturaleza y a la vida, en el que todos, sin distinción, estén invitados a participar y a valorar esta herencia ancestral como un símbolo de unión, respeto y gratitud hacia el universo que nos sustenta.

En la actualidad, las comunidades indígenas de Ecuador celebran el Inti Raymi con diferentes expresiones. Algunas mantienen los ritos más ancestrales, como el agradecimiento al Sol y a la Tierra. Y a eso se han sumado las actividades culturales, artísticas y turísticas.

En Ecuador, los sitios más tradicionales para la celebración del Inti Raymi en la Sierra ecuatoriana :

Ingapirca (Cañar): en el sitio arqueológico más importante del país, las comunidades organizan danzas, rituales, ferias culturales y la elección de la Ñusta.

Otavalo y en todas parroquias y comunidades, lo propio Cotacachi, Antonio Ante e inclusive Ibarra (Imbabura): las celebraciones incluyen rituales en cascadas y tomas simbólicas de plazas.

Cochasquí y Cayambe (Pichincha): las vertientes y estructuras ancestrales reúnen a cientos de personas para agradecer la cosecha.

Salasaca (Tungurahua) y Saraguro (Loja): las comunidades conservan procesiones, música autóctona y símbolos heredados del mundo inca.

En estos lugares hay mas de 10 días e inclusive dos meses de festejos y conmemoraciones con actividades principalmente culturales.

En Otavalo se ha hecho muy tradicional un baño ritual llamado del Armay Tuta, que se lleva a cabo en vertientes naturales de agua. Este baño tiene el objetivo de purificarse y conectar con la Pacha Mama. El hatun  puncha,  y toda la Fiesta del Sol también se celebra con desfiles, talleres, conversatorios y otras actividades que buscan dar a conocer más esta fiesta ancestral y en todo el mundo.

Además, sea convertido un gran atractivo turístico que promueve el conocimiento y el reconocimiento de las raíces ancestrales de los pueblos originarios.

Coincidiendo con el solsticio de verano en el hemisferio norte, el 21 de junio se celebra el Día Internacional del Sol, una fecha en la que el astro rey es el protagonista de las agendas de todo el mundo, ya que se celebran eventos destinados a concienciar sobre la importancia del sol para nuestro planeta.

Asociaciones ecologistas usan esta celebración para promocionar y apoyar las fuentes de energía renovable, sobre todo en países como España donde el nivel de explotación de la energía solar es bastante bajo en comparación con otros países con niveles inferiores de exposición al sol.

En muchas culturas el Día del Sol se ha celebrado siempre por todo lo alto. De hecho las hogueras de San Juan tienen su origen en las fiestas paganas del culto al Sol. Actualmente la festividad de la Noche de San Juan se ha cristianizado, pero aún conserva su esencia, representada en el fuego y calor de las hogueras.

Si tiene oportunidad, acuda a alguna de estas celebraciones de San Juan que se suelen realizar en las playas. En muchas ciudades se organizan eventos y actividades para honrar al sol.

Ya al final es necesario presentar algunas recomendaciones para preservar esta Celebración Ancestral y garantizar la continuidad y autenticidad del Inti Raymi como patrimonio cultural inmaterial, siento es fundamental implementar acciones que promuevan su conservación y respeto.

Fomentar la Educación y Difusión Cultural. –  Impulsar programas educativos en escuelas y comunidades que transmitan el significado, historia y valores del Inti Raymi, promoviendo el entendimiento y el orgullo por las tradiciones ancestrales.

Apoyar la Participación Comunitaria. – Involucrar a las comunidades locales en la organización y realización de la festividad, asegurando que las prácticas se mantengan auténticas y respetuosas con sus raíces.

Respetar los Protocolos Tradicionales. – Promover el cumplimiento de las formas tradicionales de celebración, evitando la comercialización excesiva que pueda distorsionar su esencia sagrada.

Preservar los Espacios y Elementos Históricos. – Cuidar y mantener los sitios arqueológicos y escenarios históricos donde se realiza la celebración, así como conservar los trajes, instrumentos y rituales tradicionales.

Impulsar Políticas de Protección y Reconocimiento Oficial. –  Que las instituciones gubernamentales reconozcan (como algunas ya lo están haciendo) , el valor cultural del Inti Raymi y otorguen protección legal para su conservación como patrimonio inmaterial de la humanidad.

Utilizar Nuevas Tecnologías de Forma Respetuosa. –  Incorporar plataformas digitales y medios de comunicación para difundir la festividad, siempre respetando su carácter sagrado y su contexto original.

El Inti Raymi no solo es una festividad ancestral que celebra la conexión entre el hombre, la naturaleza y el cosmos, sino que también es un símbolo de identidad que debe ser protegido y valorado.

Preservar esta celebración implica reconocer su importancia histórica y cultural, promoviendo su continuidad para las generaciones futuras y enriqueciendo el patrimonio universal de la humanidad.