
En la serenidad de Huaycopungo, a orillas de la mágica Laguna de San Pablo, se forja la historia de Jorge Aguilar, un hombre que ha encontrado su camino entre las cristalinas aguas que reflejan el cielo andino y la sabiduría ancestral del «Taita Imbabura». Jorge reconoce y agradece “ a papacito José Manuel Aguilar Yascual, a mamita Juanita Otavalo Otavalo, y a todos los que creyeron en mi”, los consejos recibidos desde su infancia, le han permitido convertirse en un soñador incansable, impulsado por el deseo de superarse y contribuir al bienestar de todos quienes lo necesitan.

Con la humildad como estandarte y la disciplina como guía, Jorge Aguilar ha recorrido un camino lleno de sacrificio y dedicación. Su vida es un testimonio de que los sueños pueden hacerse realidad cuando se trabaja con honradez y compromiso. Cada paso que ha dado ha sido un homenaje a su familia y a su equipo, a quienes siempre reconoce como sus pilares fundamentales: «Sin ellos, nada habría sido posible», afirma con la voz entrecortada por la emoción. “Nada yo ,todo a mi familia , a mi equipo y a los que confían en mi” .

Su familia Aguilar Cachiguango, compuesta por, su esposa, Saida Lucía Cachiguango Flores, sus hijos Charik Randy Winiaypak, Jailli Yuyaric Niwai, Aguilar Cachiguango y Saric Jorge Isai, Aguilar ,hacen de su hogar un espacio donde la tradición, la música y el arte se entrelazan, es un reflejo de su profunda conexión con la cultura andina. Jorge es un ferviente seguidor de la música autóctona y andina, y su admiración por los grupos musicales y principalmente por Charijayac ha dejado huella en cada rincón de su vida.

En las paredes de su casa, murales vibrantes cuentan la historia de este grupo musical que ha marcado su existencia, tanto es su dedicación que lo llevó a proponer un libro biográfico(somos el color de la tierra) , que celebra el legado importante del grupo, un esfuerzo que presentará en un evento artístico histórico, el próximo 21 de marzo en Otavalo, integrando la tradición musical de otros grupos iconos de la música ,como, Wiñaypa, Jailli, Rych y Ñucanchi Ñan que con la tecnología contemporánea y la tradición de siempre, harán disfrutar de su show .

El amor por su tierra y su cultura se extiende a sus hijos, quienes llevan con orgullo los nombres de los grupos, perpetuando así un legado que trasciende generaciones. Jorge Aguilar vive bajo el prisma filosófico de «¿qué pasaría si no tengo miedo?», un mantra que lo impulsa a desafiar límites y a inspirar a otros a hacer lo mismo.
Su vida es un canto a la esperanza y al esfuerzo, un faro de luz en la comunidad de San Rafael de la Laguna en Otavalo, Imbabura, Ecuador y su Chile querido.
Jorge Aguilar no solo es un Mindalae visionario; es un ejemplo de que, con determinación y amor por la cultura, se pueden abrir las puertas hacia un futuro brillante.
Su historia, es un recordatorio de que los sueños, cuando se nutren de pasión y trabajo, pueden transformar vidas y comunidades enteras.