¡Bienvenidos a este especial reportaje sobre la historia y el impacto de Radio Bahá´í del Ecuador!
De los años 1979-1980 que placer compartir con ustedes, la esencia de una emisora que ha sido un verdadero vínculo de unión y aprendizaje de la Fe Bahá´í en nuestra comunidad. A través de sus programas interculturales, la emisora logró entrelazar tradiciones, conocimientos y experiencias, creando un espacio diverso donde todos pueden sentirse representados.
Recuerdo que las programaciones no solo se enfocaron en el entretenimiento, sino que también ha sido un pilar fundamental en la enseñanza de la fe Bahá’í, promoviendo valores de unidad, paz y respeto hacia todas las manifestaciones de Dios. Con su compromiso inquebrantable, Radio Bahá’í contribuyó al fortalecimiento de nuestra identidad cultural y ha fomentado la cohesión social en la comunidad.
A lo largo de este reportaje, gracias al pionero Bahá’í, Gregg Suhm, por sus tomas e imágenes, exploraremos la rica historia de la Radio, sus programas más emblemáticos y las voces que han dejado huella en la audiencia.
Juntos, recordaremos cómo esta emisora nacía hace 45 años y se convirtió en un faro de esperanza y conocimiento, un verdadero testimonio de la fuerza del espíritu comunitario.
¡Acompáñenos en este viaje a través del tiempo y los recuerdos de nuestra emisora familiar por excelencia!
ANHELO JUVENIL
Que anhelo más grande de los jóvenes, el poder recuperar este medio y adecuarlo a las tecnologías modernas de las TICs para continuar con la enseñanza en nuestra, comunidad, barrio parroquia, cantón Otavalo, provincia de Imbabura , todas las provincias del Ecuador, y países del mundo.
Para continuar enseñando que a lo largo de la historia, Dios ha enviado a la humanidad una sucesión de Educadores divinos, conocidos como Manifestaciones de Dios, cuyas enseñanzas han servido de base para el avance de la civilización.
Estas Manifestaciones han incluido a Abraham, Krishna, Zoroastro, Moisés, Buda, Jesús y Mahoma. El más reciente de estos Mensajeros, es Bahá’u’lláh, quien explica a todos y principalmente a los jóvenes de hoy, que las religiones del mundo provienen de la misma Fuente y que son, en esencia, capítulos sucesivos de una sola religión de Dios.
Será una herramienta para apoyar a la necesidad crucial que enfrenta la humanidad; encontrar una visión unificadora del futuro de la sociedad y de la naturaleza y el propósito de la vida.
Tal visión se desarrolla en los escritos de Bahá’u’lláh.
Al respecto la Casa Universal de Justicia, anima a los jóvenes bahá’ís a aprovechar la diligencia y el entusiasmo característicos de la época de la juventud y así contribuir decisivamente al avance de la civilización espiritual y material. Escribió «Aunque las realidades de ustedes están determinadas por una amplia diversidad de circunstancias, no obstante, el deseo de producir un cambio constructivo y la capacidad para servir de manera significativa, características ambas de la etapa de la vida que atraviesan, no se limitan a una raza o nacionalidad, ni dependen de los recursos materiales. Este período radiante de juventud que comparten es una experiencia común a todos ustedes—pero es breve, y está sacudido por muchas fuerzas sociales.
Cuán importante es, pues, afanarse para estar entre aquellos que, en palabras de ‘Abdu’l-Bahá, “cosecharon el fruto de la vida”».
Propuesta real que es factible, en función de que los jóvenes de hoy tienen un gran ánimo para con su legado, desempeñar un papel vital en la historia bahá’í. El propio Báb declaró su misión cuando apenas tenía veinticinco años de edad y muchos entre el conjunto de sus seguidores, se hallaban en la flor de su juventud, cuando abrazaron Su Revelación.
Durante los ministerios de Bahá’u’lláh y ‘Abdul-Bahá, los jóvenes se mantuvieron a la vanguardia de los esfuerzos por proclamar el mensaje de la nueva Fe y compartir sus enseñanzas con los demás.
Hoy es el tiempo de los jóvenes y echar raíces sobre lo que nuestro Profeta dijo “ Si los eruditos y hombres de sabiduría mundana de esta época permitieran a la humanidad aspirar la fragancia de la fraternidad y del amor, todo corazón comprensivo entendería el significado de la verdadera libertad y descubriría el secreto de la paz imperturbable y de la absoluta serenidad».
Bahá’u’lláh